El segmento de fincas rústicas es un mercado en alza que previsiblemente experimentará un aumento en la demanda debido a por los nuevos hábitos de vida y necesidades de la población. La versatilidad o la rentabilidad son dos de sus grandes ventajas.
 
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 se compraron 148.621 fincas rústicas. El mayor número de compraventas de estos activos inmobiliarios se dieron en Castilla y León, Andalucía y la Comunidad Valenciana. Y es que, en los últimos años, se están posicionado como activos interesantes gracias a las diversas opciones que ofrecen a largo plazo.  

Entre las principales ventajas de invertir en fincas rústicas destaca la diversificación de las inversiones más allá de los tradicionales activos residenciales. Y es que, dentro del sector inmobiliario, el suelo rústico  cada vez está más demandado. Parte de la sociedad, y como gran consecuencia de la pandemia, ha planteado un giro a su vida. Ahora, tener en propiedad una parcela en medio de naturaleza es el sueño de muchos urbanitas.  
 
Por otro lado, las fincas rústicas suelen aumentar su valor con el paso de los años, siendo por tanto una inversión bastante segura, consolidándose como una opción muy atractiva para pequeños y medianos inversores. Además, en función del tipo de explotación, se podría aprovechar explotar el terreno y ganar unos ingresos extras. Un ejemplo: vender las cosechas de frutas o verduras que se planten en este suelo.
 
Otra solución para conseguir mayor rentabilidad es arrendar la finca para uso agrícola o ganadero a otra persona. Los precios variarán en función de la zona y tamaño del suelo, de la calidad de la tierra y los servicios que pueda tener alrededor en la proximidad. Pero es una manera sencilla de conseguir un retorno de la inversión.

En definitiva, las fincas rústicas han entrado en el foco de atención de los pequeños inversores. Su fuerza radica en su valor estable -mucho más que el suelo residencial, por ejemplo- y en el potencial de mejora y rentabilidad que ofrece este activo inmobiliario.
 
Eso sí, antes de invertir en una finca rústica, es importante evitar ciertos errores. Para ello, hay que analizar bien la localización, qué tipo de explotación permite, etc. Por otro lado, el pequeño inversor debe realizar, previamente, una evaluación financiera detallada y se aconseja buscar el asesoramiento de expertos como Servihabitat.
 
Si eres un pequeño inversor y buscas diversificar tus inversiones, contempla el suelo rústico. Podrás disfrutar de una propiedad en el campo y obtener una gran rentabilidad a la larga. Servihabitat cuenta con un amplio catálogo de terrenos rústicos en venta en el que seguro que todo tipo de inversores podrán encontrar el suelo ideal para su proyecto de futuro.

 

 

Pequeño inversor: por qué invertir en fincas rústicas

11 de junio del 2024 terrenos

 

El segmento de fincas rústicas es un mercado en alza que previsiblemente experimentará un aumento en la demanda debido a por los nuevos hábitos de vida y necesidades de la población. La versatilidad o la rentabilidad son dos de sus grandes ventajas.
 
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 se compraron 148.621 fincas rústicas. El mayor número de compraventas de estos activos inmobiliarios se dieron en Castilla y León, Andalucía y la Comunidad Valenciana. Y es que, en los últimos años, se están posicionado como activos interesantes gracias a las diversas opciones que ofrecen a largo plazo.  

Entre las principales ventajas de invertir en fincas rústicas destaca la diversificación de las inversiones más allá de los tradicionales activos residenciales. Y es que, dentro del sector inmobiliario, el suelo rústico  cada vez está más demandado. Parte de la sociedad, y como gran consecuencia de la pandemia, ha planteado un giro a su vida. Ahora, tener en propiedad una parcela en medio de naturaleza es el sueño de muchos urbanitas.  
 
Por otro lado, las fincas rústicas suelen aumentar su valor con el paso de los años, siendo por tanto una inversión bastante segura, consolidándose como una opción muy atractiva para pequeños y medianos inversores. Además, en función del tipo de explotación, se podría aprovechar explotar el terreno y ganar unos ingresos extras. Un ejemplo: vender las cosechas de frutas o verduras que se planten en este suelo.
 
Otra solución para conseguir mayor rentabilidad es arrendar la finca para uso agrícola o ganadero a otra persona. Los precios variarán en función de la zona y tamaño del suelo, de la calidad de la tierra y los servicios que pueda tener alrededor en la proximidad. Pero es una manera sencilla de conseguir un retorno de la inversión.

Valor estable y diversificación

En definitiva, las fincas rústicas han entrado en el foco de atención de los pequeños inversores. Su fuerza radica en su valor estable -mucho más que el suelo residencial, por ejemplo- y en el potencial de mejora y rentabilidad que ofrece este activo inmobiliario.
 
Eso sí, antes de invertir en una finca rústica, es importante evitar ciertos errores. Para ello, hay que analizar bien la localización, qué tipo de explotación permite, etc. Por otro lado, el pequeño inversor debe realizar, previamente, una evaluación financiera detallada y se aconseja buscar el asesoramiento de expertos como Servihabitat.
 
Si eres un pequeño inversor y buscas diversificar tus inversiones, contempla el suelo rústico. Podrás disfrutar de una propiedad en el campo y obtener una gran rentabilidad a la larga. Servihabitat cuenta con un amplio catálogo de terrenos rústicos en venta en el que seguro que todo tipo de inversores podrán encontrar el suelo ideal para su proyecto de futuro.

 

 


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