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Antes de intentar comercializar tu terreno, debes de conocer sus características y posibles usos. Te dejamos una serie de métodos para mejorar el suelo. 

Quien tiene un terreno puede tener un tesoro, la cuestión es saber cómo aprovecharlo. El estado de la parcela es de alta relevancia para poder revalorizar el activo, una misión complicada dado que hay pocos aspectos que se pueden modificar en un terreno. 

El suelo de la parcela es más importante de lo que se cree. La tierra y sus características van a influir mucho en el proyecto final porque sí, la porosidad, la textura o la densidad del terreno y sus valores químicos están relacionados con una sana y correcta construcción de la casa.

Existen diversos métodos de análisis del suelo, cada uno enfocado en determinar diferentes propiedades o características: 

  • Estudio geotérmico: este análisis proporciona información sobre las propiedades del suelo y su capacidad para sustentar un edificio. Evalúa el potencial hundimiento del suelo bajo la carga del edificio y la profundidad de las aguas freáticas. También identifica la composición del suelo y los riesgos de deslizamientos de terrenos. 
  • Análisis físico: es importante determinar la proporción de arena, limo y arcilla del suelo, que influye en su capacidad de retención de agua y nutrientes. También hay que medir la densidad aparente de la tierra, indicando su porosidad y compactación. 
  • Análisis químico: con un análisis se puede determinar la cantidad de materia orgánica del suelo, que mejora su estructura. También mide la concentración de sales en el suelo, midiendo su concentración eléctrica. 
  • Análisis biológico: mide la diversidad y actividad de los microorganismos del suelo, que desempeñan un papel crucial en la descomposición de la materia orgánica y el ciclo de nutrientes.
  • Teledetección: utiliza imágenes satelitales y aéreas para evaluar las propiedades del suelo a gran escala.
  • Espectroscopía: utiliza la interacción de la luz con el suelo para determinar sus propiedades físicas y químicas.

Con la realización de los análisis que sean necesarios por parte de los profesionales adecuados, se garantiza la seguridad de una futura estructura y permite reducir los costes de la construcción. 
 

Tras realizar un análisis previo del suelo y una vez identificadas las problemáticas del terreno, se pueden planear acciones para mejorar el terreno. Para mejorar la capacidad portante del terreno se pueden realizar tres grandes prácticas: 

  • Compactación: se pueden utilizar rodillos compactadores para conseguir un aumento de la densidad del suelo, mejorando su capacidad para soportar cargas. También se puede emplear la técnica de la vibración, utilizada en suelos granulares para aumentar su densidad y estabilidad. 
  • Estabilización: para mejorar la resistencia y estabilidad del suelo, se puede adherir cemento, cal o asfalto. Para reforzar el suelo, aumentando su capacidad portante y previniendo la erosión, es posible añadir una geomalla o algún tipo de geotextil. 
  • Preconsolidación: consiste en aplicar una precarga al terreno, para reducir los asentamientos futuros. 

La elección de la técnica adecuada dependerá de las características del suelo y del objetivo de la mejora. Es importante que nos aseguremos que las mejoras del suelo son sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. 
 

Aumenta la edificabilidad de tu terreno y exprime su valor

Terrenos18 de marzo de 2025

Antes de intentar comercializar tu terreno, debes de conocer sus características y posibles usos. Te dejamos una serie de métodos para mejorar el suelo. 

Quien tiene un terreno puede tener un tesoro, la cuestión es saber cómo aprovecharlo. El estado de la parcela es de alta relevancia para poder revalorizar el activo, una misión complicada dado que hay pocos aspectos que se pueden modificar en un terreno. 

El suelo de la parcela es más importante de lo que se cree. La tierra y sus características van a influir mucho en el proyecto final porque sí, la porosidad, la textura o la densidad del terreno y sus valores químicos están relacionados con una sana y correcta construcción de la casa.

Métodos de análisis de suelos

Existen diversos métodos de análisis del suelo, cada uno enfocado en determinar diferentes propiedades o características: 

  • Estudio geotérmico: este análisis proporciona información sobre las propiedades del suelo y su capacidad para sustentar un edificio. Evalúa el potencial hundimiento del suelo bajo la carga del edificio y la profundidad de las aguas freáticas. También identifica la composición del suelo y los riesgos de deslizamientos de terrenos. 
  • Análisis físico: es importante determinar la proporción de arena, limo y arcilla del suelo, que influye en su capacidad de retención de agua y nutrientes. También hay que medir la densidad aparente de la tierra, indicando su porosidad y compactación. 
  • Análisis químico: con un análisis se puede determinar la cantidad de materia orgánica del suelo, que mejora su estructura. También mide la concentración de sales en el suelo, midiendo su concentración eléctrica. 
  • Análisis biológico: mide la diversidad y actividad de los microorganismos del suelo, que desempeñan un papel crucial en la descomposición de la materia orgánica y el ciclo de nutrientes.
  • Teledetección: utiliza imágenes satelitales y aéreas para evaluar las propiedades del suelo a gran escala.
  • Espectroscopía: utiliza la interacción de la luz con el suelo para determinar sus propiedades físicas y químicas.

Con la realización de los análisis que sean necesarios por parte de los profesionales adecuados, se garantiza la seguridad de una futura estructura y permite reducir los costes de la construcción. 
 

Técnicas de mejora del suelo

Tras realizar un análisis previo del suelo y una vez identificadas las problemáticas del terreno, se pueden planear acciones para mejorar el terreno. Para mejorar la capacidad portante del terreno se pueden realizar tres grandes prácticas: 

  • Compactación: se pueden utilizar rodillos compactadores para conseguir un aumento de la densidad del suelo, mejorando su capacidad para soportar cargas. También se puede emplear la técnica de la vibración, utilizada en suelos granulares para aumentar su densidad y estabilidad. 
  • Estabilización: para mejorar la resistencia y estabilidad del suelo, se puede adherir cemento, cal o asfalto. Para reforzar el suelo, aumentando su capacidad portante y previniendo la erosión, es posible añadir una geomalla o algún tipo de geotextil. 
  • Preconsolidación: consiste en aplicar una precarga al terreno, para reducir los asentamientos futuros. 

La elección de la técnica adecuada dependerá de las características del suelo y del objetivo de la mejora. Es importante que nos aseguremos que las mejoras del suelo son sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. 
 

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