Materiales naturales, reciclados y mucha luz. También jardines y plantas que, además de embellecer el entorno, ayudan a reducir la contaminación atmosférica que es ya un problema global de salud. Todo esto es clave en las nuevas construcciones que serán verdes y sostenibles o no existirán.
 
Solo en Europa, la contaminación atmosférica produce 400.000 muertes prematuras al año. Las Naciones Unidas lo tienen claro: aumentar los espacios verdes en las poblaciones ayudaría a mitigar el calentamiento global y la contaminación atmosférica.
 
Fuentes, lagos, estanques o jardines en las zonas urbanas también contribuyen a ahorrar energía y mejorar la calidad del clima. Según la ONU, por cada árbol plantado estratégicamente para dar sombra se podrían reducir cerca de 10 kg de emisiones de carbono de las centrales eléctricas.
 
Diversos estudios corroboran que mantener espacios verdes urbanos mejora la salud mental y reduce las tasas de morbilidad y mortalidad cardiovascular, obesidad y diabetes.

Las zonas verdes urbanas, por lo tanto, ofrecen grandes oportunidades para el cambio y el desarrollo sostenible de las ciudades. Los espacios verdes públicos facilitan que los ciudadanos caminen, vayan en bicicleta, jueguen y compartan momentos y actividades al aire libre. Pero, ¿qué pasa con los espacios privados?
 
Este nuevo modelo también se está implantando en la nueva construcción y son varios los proyectos y edificios que priorizan esta sostenibilidad y cuidado por el medio ambiente. Los edificios verdes ponen el foco en reducir el impacto ambiental y mejorar, a su vez, la calidad de vida de las personas. Para lograrlo diseñan espacios amplios, priorizan la luz natural y el uso de materiales naturales como la madera.
 
Así, en los últimos años, se ha instaurado una nueva tendencia que integra las áreas verdes en las nuevas construcciones que, entre otros aspectos, buscan reducir la huella de carbono en los nuevos edificios.
 
Empiezan a ser habituales las nuevas viviendas con terrazas o balcones amplios, jardines, patios o zonas comunes llenas de luz natural con espacio para juegos infantiles.
 
Estos espacios son protagonistas en las nuevas construcciones modernas, como por ejemplo los edificios coliving o coworking, por ejemplo. Edificios que empiezan a construirse con una visión global y que sirven para sentar las bases de los ecobarrios, que tan de moda están en otros países.
 
La implantación del diseño verde en la construcción es, por lo tanto, una necesidad. Tanto que la Organización Mundial de la Salud, la OMS, recomienda 15 metros cuadrados de espacio verde por persona y ciudad. Y no se trata de una cuestión estética sino que los edificios verdes tienen infinidad de beneficios: reducen la temperatura ambiental, absorben los rayos del sol, filtran las partículas del aire, etc.
 
Este compromiso con el bienestar y la comunidad está revalorizando propiedades inmobiliarias que se han convertido así en activos mucho más atractivos para compradores o inversores.
 
En definitiva, el urbanismo verde y la construcción sostenible nacen de una demanda real y consciente. Hay que cambiar la manera de actuar y hay que hacerlo por el bien del planeta, pero también para mejorar la salud física y mental de las personas.

 

Espacios verdes en las nuevas construcciones

21 de mayo del 2024 tendencias

 

Materiales naturales, reciclados y mucha luz. También jardines y plantas que, además de embellecer el entorno, ayudan a reducir la contaminación atmosférica que es ya un problema global de salud. Todo esto es clave en las nuevas construcciones que serán verdes y sostenibles o no existirán.
 
Solo en Europa, la contaminación atmosférica produce 400.000 muertes prematuras al año. Las Naciones Unidas lo tienen claro: aumentar los espacios verdes en las poblaciones ayudaría a mitigar el calentamiento global y la contaminación atmosférica.
 
Fuentes, lagos, estanques o jardines en las zonas urbanas también contribuyen a ahorrar energía y mejorar la calidad del clima. Según la ONU, por cada árbol plantado estratégicamente para dar sombra se podrían reducir cerca de 10 kg de emisiones de carbono de las centrales eléctricas.
 
Diversos estudios corroboran que mantener espacios verdes urbanos mejora la salud mental y reduce las tasas de morbilidad y mortalidad cardiovascular, obesidad y diabetes.

La construcción privada también es verde

Las zonas verdes urbanas, por lo tanto, ofrecen grandes oportunidades para el cambio y el desarrollo sostenible de las ciudades. Los espacios verdes públicos facilitan que los ciudadanos caminen, vayan en bicicleta, jueguen y compartan momentos y actividades al aire libre. Pero, ¿qué pasa con los espacios privados?
 
Este nuevo modelo también se está implantando en la nueva construcción y son varios los proyectos y edificios que priorizan esta sostenibilidad y cuidado por el medio ambiente. Los edificios verdes ponen el foco en reducir el impacto ambiental y mejorar, a su vez, la calidad de vida de las personas. Para lograrlo diseñan espacios amplios, priorizan la luz natural y el uso de materiales naturales como la madera.
 
Así, en los últimos años, se ha instaurado una nueva tendencia que integra las áreas verdes en las nuevas construcciones que, entre otros aspectos, buscan reducir la huella de carbono en los nuevos edificios.
 
Empiezan a ser habituales las nuevas viviendas con terrazas o balcones amplios, jardines, patios o zonas comunes llenas de luz natural con espacio para juegos infantiles.
 
Estos espacios son protagonistas en las nuevas construcciones modernas, como por ejemplo los edificios coliving o coworking, por ejemplo. Edificios que empiezan a construirse con una visión global y que sirven para sentar las bases de los ecobarrios, que tan de moda están en otros países.
 
La implantación del diseño verde en la construcción es, por lo tanto, una necesidad. Tanto que la Organización Mundial de la Salud, la OMS, recomienda 15 metros cuadrados de espacio verde por persona y ciudad. Y no se trata de una cuestión estética sino que los edificios verdes tienen infinidad de beneficios: reducen la temperatura ambiental, absorben los rayos del sol, filtran las partículas del aire, etc.
 
Este compromiso con el bienestar y la comunidad está revalorizando propiedades inmobiliarias que se han convertido así en activos mucho más atractivos para compradores o inversores.
 
En definitiva, el urbanismo verde y la construcción sostenible nacen de una demanda real y consciente. Hay que cambiar la manera de actuar y hay que hacerlo por el bien del planeta, pero también para mejorar la salud física y mental de las personas.

 


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